Hoy quería hacer con vosotros una reflexión que, en realidad, es un desahogo. Llevo varios días inquieta con este tema y no era capaz de darle forma. Pensaba: ¿»Por qué, si tengo más tiempo que nunca, parece que no llego a nada y me siento agobiada…?» Esto se confirmó cuando una joven con la que hablaba me comentó: ¡Qué estrés de todo! No puedo soportar el mensaje permanente de que tengo que exprimir el tiempo”
POSIBLES EXPLICACIONES
La primera explicación la encontré en que el teletrabajo ocupa más tiempo que el horario laboral normal y, eso se comprende. Las tareas domésticas se intensifican porque estamos todos en casa y además, las comidas cobran mayor importancia porque es un momento de disfrute al que, en el diario ordinario, no podemos dedicar tanto tiempo y esmero.
Estoy de acuerdo en que hay mucha gente afectada por temas de salud y problemas laborales, y que ésto requiere dar muchas vueltas a la cabeza para idear nuevas formas de hacer frente a la situación que les está tocando vivir. Eso también es comprensible.
Pero, independientemente de situaciones personales extraordinarias, para muchas personas el principal cambio (además de la preocupación inmensa por la situación) es EL CONFINAMIENTO (que no es poco). Es importante vivirlo bien y aprender a gestionarlo. Para eso estamos recibiendo muchas ideas e instrucciones a través de todos los medios de comunicación.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Hay personas, entre las que me incluyo (y debo corregirlo), que POTENCIAMOS NUESTRO ESTRÉS. ¿No tenéis la sensación de que el bombardeo de ideas, opciones e instrucciones que se nos ofrecen, puede hacer que sintamos la necesidad de hacer más cosas de las que hemos hecho en la vida? ¿No tenéis la sensación de que parece que en este tiempo, tenemos que solucionar y actualizar todo aquello que llevamos años sin hacer o que quizá nunca hubiéramos hecho?
Está bien que organicemos nuestra vida de forma diferente, que hagamos cosas distintas y que atendamos a iniciativas que se nos ofrecen. Pero NO ES NECESARIO EXCEDERSE. No hay que pensar que en dos meses voy a resolver mi carrera profesional, ni me voy a convertir en influencer, ni voy a ser la más deportista del mundo, ni la que más contactos mantiene, ni la que más aplicaciones maneja… ¡Qué estresssss!!!!!
POSIBLE SOLUCIÓN
Esta situación nos tiene que servir a todos para HACER COSAS QUE NO PODÍAMOS HACER con anterioridad, por falta de tiempo; para hacer cosas que nos gustan y no hacemos en nuestro día a día; para dedicar más tiempo a nuestra familia; para leer con tranquilidad; para descansar; para profundizar en nuestro interior y nuestra vida espiritual que podemos tener un poco más abandonada; para recuperar el contacto con algunas personas; para atender y servir las necesidades de los que nos rodean, empezando por los que tenemos en casa. En resumidas cuentas, esta situación nos puede servir para CRECER COMO PERSONAS. Quizá ese sea ahora mi papel, y el tuyo…
Ya me he desahogado. Yo quiero crecer en este tiempo, pero quiero crecer como persona, de forma íntegra. Está bien que aprendamos cosas, ahora que tenemos tiempo; pero escogiendo: unas pocas y bien hechas. Mírate con realismo y piensa qué necesitas mejorar; qué aspectos tienes descuidados en tu vida, que ahora puedes atender; qué cosas te gustan y no sueles hacer por falta de tiempo. Mira en tu listado de tareas pendientes que siempre te persigue y ve resolviendo alguna… De todo lo malo podemos sacar algo bueno, y no es necesario buscar tanto; lo tenemos muy cerca.
De esta situación me queda clara una cosa: va a salir fortalecida la FAMILIA y la VIDA ESPIRITUAL de las personas. Cuando somos conscientes de nuestra IMPOTENCIA, queda la ESENCIA.
Te deseo que este tiempo sea muy provechoso pero siempre y cuando, CADA COSA QUE HAGAS TE APORTE PAZ.
