La amistad entre dos personas que han mantenido una relación amorosa es posible, pero resulta muy difícil mientras las heridas no han cicatrizado. Al finalizar la relación, probablemente quedar como amigos sea la intención, pero el contacto con el/ella suele ser origen de sufrimiento.
Cuando termina una relación es preferible mantener la distancia, por lo menos, en los tiempos más próximos a la ruptura.
Circunstancias del fin de la relación
Cuando la ruptura se ha producido de mutuo acuerdo, podría resultar más fácil mantener la amistad.
Lo más habitual es que la causa de la ruptura sea algún conflicto o el desamor sufrido por una de las partes. En estas situaciones, mantener la amistad resulta francamente complicado.
RAZONES QUE DESACONSEJAN UNA CERCANA AMISTAD CON TU EX
Hay que aceptar la realidad y adaptarse a la nueva situación
El final de una relación sentimental es doloroso por lo que, tras la ruptura, se debe dar un proceso de duelo en el que se asimile la separación y se curen las heridas. Al abandonar la relación, la vida de ambos puede cambiar muchísimo: planes, grupos de amigos comunes, sitios que frecuentabais, rutinas diarias… Y todos esos cambios necesitan ser asumidos con un periodo de adaptación. Es un proceso doloroso, pero su duración es limitada. Acabará cuando seas capaz de aceptar la situación y retomar las riendas de tu vida.
Si tras la ruptura se intenta mantener una amistad cercana, si seguimos manteniendo el contacto por teléfono, quedando de vez en cuando, con los mismos planes con los amigos… es muy fácil que por alguna de las partes se produzca una confusión de sentimientos. La sensación es de continuidad en la relación, pero de diferente forma. Si se mantiene la distancia tras la ruptura, queda claro que se ha producido esa separación y aprendemos a aceptar las consecuencias.
Tras la ruptura uno queda más herido que el otro
Casi siempre hay una parte que toma la decisión de dejar la relación, y otra que queda más herida. Cuando la relación termina las dos partes pueden estar interesadas en continuar la relación por diferentes motivos:
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Quien abandona prefiere mantener una buena relación con la persona a la que ha querido y por la que siente cariño.
En algunas ocasiones, tu ex quiere mantener el contacto contigo para no dejarte ir, pues sabe que puede tenerte ahí siempre que quiera porque tú se lo permites.
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La parte abandonada puede estar interesada en mantener el vínculo de la amistad, porque prefiere tener a su amad@ como amig@ antes que perderlo del todo. Pero lo que está claro es que el vínculo no se ha roto, y se siente incapaz de romperlo.
Fuente de conflictos
Si se mantiene una amistad demasiado cercana, el que todavía sigue enamorado alberga mayores esperanzas de recuperar a su ex, cada vez que mantiene el contacto. Sin embargo pronto se vuelve a la realidad, y la decepción aumenta cuando tu ex vuelve a explicarte de diferentes modos que no quiere volver contigo. Lo único que se consigue generalmente con esa complicada “amistad” es profundizar en el dolor.
Es necesario recuperar tu identidad
Cuando te separas de una persona, es necesario centrarte en tu situación, en tus necesidades, tus amistades, tu familia… y recuperar los planes que hacías o planear los que vas a hacer a partir de ahora para cubrir todos los espacios vacíos. El contacto con esa persona hace que esta reconstrucción resulte imposible.
Manifestaciones de afecto que ahondan la herida
Generalmente el que propone “seguir siendo amigos” es el que deja la relación. Es quien tiene más claro que la relación no puede continuar en el plano sentimental pero si le gustaría que se mantuviera el vínculo de la amistad. En muchas ocasiones además esto le permite tener la conciencia tranquila al ver que el otro “está bien”. Pero es francamente difícil mantener esa cercanía.
Cada tipo de amor tiene una manera de manifestarse, y de “amigos” no se tienen las mismas manifestaciones que “de novios”. Ocurre que tendemos a mezclar, porque no resulta tan raro tener determinados gestos de afecto (besos, abrazos, caricias) con alguien con quien ya se han tenido anteriormente. El cariño que se profesan es la justificación que se da a esas expresiones afectivas, pero realmente no las justifican. Lo único que hacen es incrementar las dudas: al que sigue enamorado le invita a pensar que el otro pueda sentir lo mismo, y el que no está enamorado empieza a pensar que quizá está así porque se ha equivocado al dejarlo. Ocurre que la atracción preexistente nos enreda en una aventura emocional y física que tiene nefastas consecuencias. Al intentar evitar al otro sufrir y manifestarle cariño de forma inadecuada, estás ahondando en la herida.
No es sano conservar la amistad con un ex cuando este contacto esclaviza:
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Puede esclavizarte cuando eres el que queda más dañado, por mantener la esperanza constante de recuperarlo.
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Pero este contacto también puede esclavizar a quien ha dejado la relación ¿Cómo? Muy sencillo. Cuando el que deja propone mantener la amistad, lo que pretende es no hacer daño a la persona con la que ha compartido esa relación. Pero podría ocurrir que, en cuanto muestres interés por otra persona, tu ex saque su cara menos amistosa y boicotee tus nuevas inquietudes, con explosiones de celos, mensajes, llamadas, miradas… Esto suele acabar mal.
Es necesario romper del todo: no tener detalles en fechas señaladas, ni contándole mis nuevas relaciones, ni invitándole a cenar… Todas estas actuaciones supondrán un recordatorio constante que atará a la persona a su pasado, dificultándole recomponer su vida. Tanto si se desea mantener una relación de amistad como si se decide retomar la sentimental, hay que esperar un plazo de tiempo prudencial separados para poder superar la ruptura, desintoxicándose de los vicios adquiridos. El tiempo todo lo cura, y después … ¡Dios dirá!
